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miércoles, 24 de abril de 2013

¿Mi día a día? Entremeses en honor a Cervantes

Hoy he tenido un "divertido" (como dirían los profesores) examen sobre la historia de la prensa y lo demás. Ha sido un tema divertidísimo (con ironía), sobre todo, porque había que estudiarse muchos detalles, desde antes de cristo, hasta siglo el XIX. Bueno, pues eso. Por fin me he liberado de ese gran peso de encima. Ahora tengo que leerme un libro para llegar al 7'5 para librarme de la global...


Por cierto, retomando un poco los Entremeses de Cervantes, tengo que añadir que, en vez de hacernos un examen acerca del libro (que quizás fuese lo mejor), tendremos que hacer una interpretación de un entremés, cada grupo.



Mi grupo está compuesto por nueve personas, cuatro de ellas, somos chicas. Cómo no, mayoría de hombres. Que por cierto, hay más chicos que chicas en mi clase. A ver, de chicos sólo hay tordos (bueno, vagos e idiotas), y las chicas, tampoco es que seamos las mejores. 

"Ellos", son unos vagos. Son los que menos hablan durante el transcurso de la obra, y encima, se andan quejando. Igual que el "fresuqui/arándano/aguacate/etc.", que se queja de que tiene que hablar siete veces, que en realidad son sólo siete líneas, en un libro con muchos márgenes y demás, un libro de teatro, sí, eso.

De los chicos destaco a ése; pero luego, también está el "Ferni/Ferb", (que hace pareja con "Piturrias"). Un pato mareado, que se cree el superior y mejor, (aunque no dé palo al agua), y todo el santo día está con esa asquerosa sonrisa de tarado subnormal que tiene plantada en la cara. 

De los demás no hablo. Sólo hay uno que es medianamente trabajador, y otro, que es como el bufón de alta categoría.


Las chicas, ya, es otro mundo. Esta vez, me centraré en dos específicas. Una de ellas, no es precisamente alta, y va de sobrada, creyendo que es superior, más sensata, prudente e inteligente (no lo demuestra a claras, pero se sabe que en el fondo lo cree), que todo/as lo/as demás.

Habíamos decidido cambiar unas cosas del guión para que fuese más fácil. En principio, a mí me había tocado el papel de protagonista. Y como es el que más habla, pues nada, había que hacer algo ahí. Decidimos que íbamos a hacerlo a la mitad, yo con ella. Creo que hasta que no decidimos que ella también le tocase mi parte, no iban a tener intención de cambiar nada. Pero claro, como le iba a tocar a ella, no podía leer cualquier cosa.

Al final le han cambiado todo el sentido, y quita cosas que no se debe y deja otras, que no merecen la pena. Pero no, es superior a los demás. Cuidado. Por ejemplo, para que se vea lo brillante que es: cambió "varón" por "chico", creo que hasta ahí llegamos todos; además, lo ha dejado vulgar, más de lo que quiso el autor, porque... de varón a chico... Podría haber puesto "hombre", es más normal. Pero en realidad, no merecía la pena cambiarlo. Y luego, otra: "vos" por "ti". Era algo como "a vos", y ha puesto: "a ti". Le quita toda la gracia que tiene. Pero, en esa época, ¿quién iba a hablar de tú y de "chico"?

Luego, está su perrita faldera, que no le ha rechistado nada a la súper porque es inteligente y todo eso, y le da la razón en todo. 

No sé de dónde saca el tiempo para leerse (a veces) dos libros en una semana, y estudiar e hincar codos. Tengo la hipótesis de que leyendo se debe de saltar las páginas, si no, no me salen los cálculos ni queriendo.

Y de la otra, no voy a hablar hoy.

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