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lunes, 6 de enero de 2014

¿Mi día a día? "Elogio" a las tiritas

¿Qué haríamos nosotros sin tiritas? Buena pregunta.

Yo, sinceramente, lo mismo que siempre. Personalmente, odio las tiritas. Qué asco. Admito que te pueden resolver la vida en unos específicos casos, (que se pueden contar con la mano).

Todo esto es a raíz de un trauma infantil. Me cambió de por vida.

Era pequeña, y habíamos salido de excursión. Estaba en primaria, así que sí, era pequeña. No sé qué narices estaría haciendo, pero recuerdo que me caí y que me herí gravemente el codo. (No fue tan grave, conseguí sobrevivir). Fui corriendo a donde una profesora, no sé quién fue la afortunada. Creo que era la tutora, pero bueno. El caso es que a esa profesora se le ocurrió la brillante idea de ponerme una tirita. 

Sí, la idea era muy bonita, ya que dado el caso, es lo que se suele hacer: poner tiritas. Y eso es lo que hicieron. No sé si me limpiaron herida o algo, pero recuerdo que me pusieron una tirita. Una tirita... pequeña para la herida. No voy a culpar a la profesora, ya que la pobre no se le ocurrió nada más que ponerme una tirita pequeña, que los bordes de pegamento se pegaban a la herida. 

Fue muy desagradable, lo admito. Pero lo peor fue cuando me la tuve que quitar. Lo que sufrí. No voy a dar detalles. Sólo comentaré que fue duro, ya que la herida estaba pegada a la tirita por el pegamento.


Otro año, el profesor de piscina, (también era pequeña), me obligó a hacer piscina sin mi tirita especial. Y yo diciéndole que no podría mover la pierna, pero el tío no me hizo caso. Le daba igual la seguridad de la alumna.


Desde entonces, odio las tiritas. No es nada personal, en absoluto.

Qué yuyu dan¬¬


Ayer vi una película china: Una vida simple.

Trata sobre un hombre, a la que su señora de la limpieza, cuidadora, etc. sufre un derrame y decide hacerse cargo de ella, ya que él fue criado y cuidado por ella desde siempre. Así que decide devolverle el favor.
Como no puede hacerse cargo de ella todo el rato, la envía a una residencia, donde la cuidan, y él va a visitarla cada semana.

Lo que más me ha alucinado de esta película es su historia, ver a los ancianos en la residencia, y todos los platos que se ven.


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